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Castillo San Angelo: Historia y Fascinación

Este artículo fue publicado por el autor Editores el 09/02/2025 y actualizado el 09/02/2025. Esta en la categoria Artículos.

El majestuoso Castillo San Angelo es una de las estructuras más emblemáticas y cargadas de historia de la ciudad de Roma. Su fascinante pasado y su impresionante arquitectura lo han convertido en un destino turístico imprescindible para aquellos que visitan la Ciudad Eterna. En este artículo, exploraremos la apasionante historia y la indiscutible fascinación que rodean a este monumento icónico.

El Origen del Castillo San Angelo

El Castillo San Angelo, originalmente conocido como el Mausoleo de Adriano, fue construido entre los años 134 y 139 d.C. por orden del emperador romano Publio Elio Trajano Adriano como un monumento funerario para él y su familia. El diseño del monumento se atribuye al famoso arquitecto Demetrio, y está inspirado en el Mausoleo de Augusto, ubicado en el Campo de Marte.

El nombre Mausoleo de Adriano proviene del término "mausoleo", que se refiere a un gran edificio construido como tumba o monumento funerario. A lo largo de los siglos, el Mausoleo de Adriano ha experimentado varias transformaciones y ha desempeñado diversas funciones, incluyendo la de fortaleza, cárcel y residencia papal. Estas transformaciones han dado lugar al nombre actual de Castillo San Angelo.

De Mausoleo a Fortaleza

Tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 d.C., el Mausoleo de Adriano fue abandonado y cayó en el olvido. No fue hasta el siglo V, bajo el reinado del emperador oriental Flavio Honorio, que el monumento fue reconvertido en una fortaleza militar para proteger a la ciudad de Roma de las invasiones bárbaras. Durante este período, se construyeron torres y murallas en torno al monumento, dándole la apariencia de una fortaleza medieval.

La Evolución como Residencia Papal y Prisión

En el año 590 d.C., el papa Gregorio I convirtió el Castillo San Angelo en una residencia papal y lugar de refugio en caso de emergencia. Se construyó una pasarela elevada, conocida como el "Passetto di Borgo", unida al Vaticano, lo que permitía a los papas desplazarse rápidamente y en secreto entre ambos lugares.

Durante la Edad Media, el Castillo San Angelo también se utilizó como prisión, especialmente para aquellos que cometían crímenes contra la Iglesia. Entre los prisioneros más famosos se encontraba Benvenuto Cellini, un renombrado escultor y orfebre, quien fue encarcelado en el castillo por orden del papa Paulo III.

La Restauración del Castillo San Angelo

A lo largo de los siglos, el Castillo San Angelo ha sufrido diversos daños y destrucciones, especialmente durante el saqueo de Roma en el año 1527 y el asedio francés de 1849. No fue hasta el siglo XIX que el monumento fue restaurado a su antiguo esplendor por orden del papa Pío VII. Durante este proceso de restauración, se eliminaron las estructuras agregadas durante el periodo medieval, y el monumento recuperó su apariencia original.

La actual configuración del Castillo San Angelo se compone de una cripta, tres pisos y una terraza en la azotea. La cripta alberga las tumbas de Adriano y su familia, mientras que los pisos superiores contienen salas y habitaciones utilizadas en diversas ocasiones como residencia papal, prisión y museo. La terraza ofrece vistas panorámicas de la ciudad de Roma, lo que la convierte en un punto de interés popular para los visitantes.

La Fascinación por el Castillo San Angelo

La historia y la arquitectura del Castillo San Angelo han suscitado una gran fascinación en artistas, escritores y turistas durante siglos. El monumento ha aparecido en varias obras de arte y literatura, incluyendo pinturas, novelas y películas.

Una de las obras más famosas en las que aparece el castillo es la novela "Los Miserables" de Victor Hugo. En la novela, el protagonista Jean Valjean huye de la policía por las calles de Roma y se refugia en el Castillo San Angelo, siendo perseguido por la policía hasta la terraza del edificio.

El Castillo San Angelo también ha sido un lugar de inspiración para varios artistas, como el pintor neoclásico francés Jean-Auguste-Dominique Ingres. Su pintura "El baño turco" presenta una logia abierta que recuerda a la del Castillo San Angelo, y que se ha interpretado como un símbolo de la libertad y el placer.

La presencia del castillo en el cine es igualmente notable. Desde la película histórica "Quo Vadis" (1951) hasta la más reciente "Ángeles y Demonios" (2009), basada en la novela homónima de Dan Brown, el Castillo San Angelo ha desempeñado un papel importante en numerosas películas.

El Castillo San Angelo en la Actualidad

En la actualidad, el Castillo San Angelo es un museo abierto al público y un destino turístico popular en Roma. Los visitantes pueden explorar las antiguas cámaras y salas del monumento, así como admirar las impresionantes vistas de la ciudad desde la terraza en la azotea. El Passetto di Borgo, la pasarela elevada que conecta el castillo con el Vaticano, también está abierta al público en ocasiones especiales.

Preguntas Frecuentes

¿Cómo se llega al Castillo San Angelo?

El Castillo San Angelo se encuentra en el centro de Roma, cerca del Vaticano. Se puede llegar fácilmente en transporte público, mediante el autobús n.° 64 o el tranvía n.° 8. También es posible llegar a pie desde la Plaza de San Pedro o la Estación de Trenes de Roma.

¿Cuál es el horario de apertura del Castillo San Angelo?

El Castillo San Angelo está abierto todos los días, excepto los lunes, de 9:00 a.m. a 7:30 p.m. La última entrada se permite una hora antes del cierre.

¿Cuánto cuesta la entrada al Castillo San Angelo?

El precio de la entrada al Castillo San Angelo es de 14 euros para los adultos y 7 euros para los niños de entre 6 y 17 años. Los menores de 6 años entran gratis.

Referencias

El Castillo San Angelo es un monumento que resguarda el pasado de Roma y que sigue cautivando a las mentes de los artistas, escritores y turistas contemporáneos. Con su fascinante historia y arquitectura única, el Castillo San Angelo continúa siendo una joya cultural que vale la pena explorar.


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