Torre de Belém: Historia y Belleza en Lisboa
Este artículo fue publicado por el autor Editores el 09/02/2025 y actualizado el 09/02/2025. Esta en la categoria Artículos.
La Torre de Belém es uno de los monumentos más representativos de Lisboa y de Portugal en general. Ubicada estratégicamente en el margen del río Tajo, este verdadero símbolo de la ciudad ha sobrevivido a los siglos y hoy en día sigue siendo una visita imprescindible para aquellos que desean descubrir la capital lusa.
Un poco de historia
La historia de la Torre de Belém se remonta al siglo XVI, más concretamente al reinado de Manuel I de Portugal. Originalmente, el edificio fue concebido como una fortaleza destinada a proteger la ciudad de los ataques procedentes del mar, especialmente de los piratas berberiscos. Su construcción, que comenzó en 1514, estuvo a cargo del arquitecto Francisco de Arruda, quien se inspiró en el estilo manuelino, una variante del gótico tardío propia de Portugal.
Sin embargo, la función defensiva de la torre pronto quedó en un segundo plano. Con la llegada de Vasco da Gama desde la India en 1498 y el auge de las rutas marítimas comerciales, el edificio se convirtió en un punto de partida y llegada para los navegantes portugueses. Así, la Torre de Belém se transformó en un símbolo de la riqueza y el poderío del país, además de servir como prisión y lugar de ejecución de herejes durante la Inquisición.
Arquitectura y detalles artísticos
La Torre de Belém es un ejemplo excepcional de la arquitectura manuelina, que combina elementos góticos, renacentistas y mudéjares. El edificio consta de tres plantas: la primera, dedicada a la guardia y la artillería; la segunda, donde se encontraban las viviendas y la capilla; y la tercera, utilizada como terraza y baluarte de defensa.
La fachada de la torre se caracteriza por su decoración intrincada, con motivos que representan la flora y la fauna del Nuevo Mundo, como palmeras, naranjos y animales exóticos. Destacan también las figuras de los monarcas portugueses, santos y profetas, así como las esculturas de las armas reales y los escudos heráldicos.
Uno de los detalles más llamativos de la Torre de Belém es la logia, una galería cubierta situada en la parte superior del edificio. Desde allí, se disfruta de una vista panorámica del río Tajo y del puente 25 de Abril. Además, la logia está adornada con columnas retorcidas y esculturas de "atlantes", figuras humanas que soportan el peso del balcón.
Visitar la Torre de Belém
Hoy en día, la Torre de Belém es una de las atracciones turísticas más populares de Lisboa. Para visitarla, es necesario adquirir una entrada, que incluye el acceso a las tres plantas del edificio y a la logia. También se ofrecen visitas guiadas en varios idiomas, que permiten profundizar en la historia y el significado de la torre.
Una vez dentro, no hay que perderse la capilla de San Juan Bautista, el cuarto del gobernador y la Sala de Recepciones, donde se exponen objetos relacionados con la historia de la torre y el reinado de Manuel I. Además, es posible subir a la terraza, desde donde se obtienen unas vistas espectaculares del río y los alrededores.
Alrededor de la Torre de Belém, se encuentra el Parque del mismo nombre, un espacio verde ideal para pasear o descansar tras la visita al monumento. También se puede aprovechar para dar un paseo en barco por el río Tajo o visitar el Monasterio de los Jerónimos, otro imprescindible de la ciudad.
Preguntas frecuentes
- ¿Cuál es el horario de visita de la Torre de Belém? El horario de visita varía en función de la temporada, pero generalmente abre de 10:00 a 17:30 (invierno) o 18:30 (verano).
- ¿Se puede subir a la Torre de Belém? Sí, es posible subir a la torre y visitar las tres plantas y la logia.
- ¿Cuál es el precio de la entrada? El precio de la entrada es de 6€ para los adultos y 3€ para los niños entre 6 y 17 años. Existen también tarifas reducidas para familias y grupos.
- ¿Hay visitas guiadas? Sí, se ofrecen visitas guiadas en varios idiomas, incluido el español.
- ¿Es necesario reservar la entrada? No es necesario reservar la entrada, pero se recomienda hacerlo durante los meses de mayor afluencia turística.
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